martes, 18 de marzo de 2008

Cariñosa Poderosa Protectora Patrona (y II)

Como las opciones son múltiples, me atrevo a presentar esta segunda imagen. Su autor es Alberto Durero, que nos presentó a su Virgen de la Pera, en 1526. Esta vez es un óleo sobre tabla, y en la asignatura de Historia del Arte nos la presentaron bajo la clasificación de pintura flamenca. Parece ser que esta fruta ha provocado momentos de inspiración para representar a la madre de Jesús. Pero, podemos admitir como momento de inspiración que este tal Alberto tuvo el de la visión en el "blog de la pera", lo cual le llevó a pensar que era necesario que dicho medio de difusión tuviera su casta patrona protectora. Quizás la majestuosidad de la Madre haga referencia a la creadora del blog y sus acólitas, y el hijo, el pequeño zanganillo, sea reflejo de los perezosos a los que tanto nos cuesta ponernos a escribir e impulsar esta liberalizadora plataforma de pensamiento plural y no ecuánime. Ahora que todo se ha de normalizar, normativizar y legislar con el consenso de todos, o de todo poderoso referente de poder, nos sirve para soñar y pensar en libertad.
Así que con toda la pasión, no por la semana, sino de por vida,
hasta la victoria siempre.

Cariñosa Poderosa Patrona Protectora (I)


En estas fechas tan señaladas, donde el recogimiento y el pensamiento nos lleva a superar estados narcisistas personales, o mejor aún, nos ayuda a esquivar miedos y fobias producidas por personajes históricos con voz atiplada, remítome al Generalísmo del Reino de España, me dispongo a presentaros mi humilde propuesta, como Cariñosa Poderosa Patrona Protectora de este blog.
Pues sí, se trata de la escultura en madera policromada de la conocida "Virgen de la Pera" que se encuentra en la Iglesia de Nuetra Señora de la Asunción en La Seca (Valladolid). El autor, Alejo de Vahía, parece que la realizó alla por el 1500. Parece que esas formas, todavía góticas y pidiéndo a gritos que llegara la influencia renacentista, miguelangelianas, nos ayudan a ver una imagen educativa, con poder de aceptación total, que apela al chantaje emocional y que tras un discurso bien meditado y pensado nos lleva a la total sumisión institucional, con las dudas propias de todo buen poder instaurado y que permite salirse, lo estrictamente necesario, del guión establecido.