Pues si, peralimoneros, los famosos calcetines "Penetra" existen.
La prueba frankensteiniana de ello la pone vuestra segura servidora en esta entrada. Y es que no he podido por más resistirme a llegar a vosotros de esta forma, con estos magníficos calcetines de gran calidad, resistencia y suaves al tacto.
Quizá no superen la prueba de mi lavadora y los saque del frió tambor arrugaditos, encogiditos y un poquito azules -esto será sin duda al persistente calcetín pitufo que siempre se esconde dentro de algo y que, en un alarde de democracia, no distingue entre frates del mercadillo y redes de volantas 95D de 64,57 chufos en Carel, lencería y corsetería, en Laredo, Cantabria-. En fín, compañeros, que como ha subido esta mediodía la temperatura soberanamente y venía pelín acalorada, pensando en jornaleros y central headquarters, y en que ojalá pueda estar con vosotros en los eventos que nos deparan, he decidido dejarme llevar en esta entrada y dedicarla a estos magníficos calcetines "Penetra" y a su fundador, Manuel Penetra.
Manuel Penetra, de los Penetra de Santoña de toda la puta vida, se crió junto al puesto de anchoas de su madre, Mariana, apodada la Cañones. La Cañones y Manuel Penetra, Padre, que era vago de cojones y profesión, le tuvieron descalzo a Manuelete hijo toda su puta vida, hasta que el infante aprendió a no pisar por donde las anchoas con sus pies descalzos para no darse de hostias contra el suelo una y otra vez a resbalazos. Por culpa de esta manía de sus padres - o dejación, que diríamos ahora - Manuelete se melló varios dientes de los que se ven toda la vida y quedó seriamente tarado de la cabeza, pero no de lo otro. Reconcentrada toda su actividad en la otra parte que está activa en el hombre -según dicen que yo no lo sé, claro está- cuando el cerebro está distraido, Manuelete dejó de ser Manuelete para convertirse en el Penetra, apodo que curiosamente no había pertenecido a su padre antes que a él. Diseminó hijos naturales por todo el pueblo y alrededores, llegando incluso al señorial valle de Liendo, y pilló a una que tenía vacas y que le sujetó como la Cañones había sujetado a su padre. Hoy en día se les conoce como los Penétera y tienen muy buenos solares en el valle. Se dedican a la especulación inmobiliaria.
Aquella fugaz vida de ganadero fue breve.
A Manuelete el Penetra, y perdonen la expresión, como se dice vulgarmente, no le cabían los cojones en los pantalones, y se largó para Cuba, enrolado en un barco contrabandista de habanos, que escondía su actividad entre paños de algodón de hilo peinado que iban y venían hasta que se podrían de la humedad y se cambiaban por otros. Así le gustó al Penetra la vida del marinero y se triscó cuanto pudo y donde pudo, incapaz de contenerse, allá por donde iba esparcía sus genes a cañonazo límpio, haciendo honor al apodo de su madre y al suyo propio. En el barco recordó Manuel lo mucho que le gustaba el tacto blandito y gelatinoso de las anchoas pisoteadas, el olor a la salazón del pescado, la Cañones dandole cogotazos para que espantara a las moscas y baldeara de vez en cuando hasta la acera.
En fín, por abreviar, que nuestro protagonista llegó a Cuba por cuarta vez de sus idas y venidas en el barco para aquí y para allá, en las américas, y habiéndo cohabitado con las balas de algodón se dijo ¡coño, cuanto duran! y con ese sonsonete y sus dotes se las encargó para trajinarse a una cocinera de una importante hacienda algodonera, cocinera que a su vez se trajinaba al capataz a quien convenció para contratar un peón español recién llegado y conocedor de calidad de algodones.
Y el Penetra aprendió, ¡vaya si aprendió!. Dando gusto a todo lo que pudo, en el más ámplio sentido de la palabra, se especializó en calcetines. Podeis suponer porqué, no es coas complicada de imaginar cómo le surgió la forma de tejer el algodón, y eso unido a sus carencias de equipamiento podológico, trauma de niño, le llevó irremediablemente a fundar este importante emporio de calcetines de mercadillo que ha llegado hasta nosotros y que cotiza hasta en la Hong Kong Stock Exchange.
Así son los calcetines "Penetra". Larga Duración, No Aprietan, Máxima Calidad, Serie Oro, Hilo Peinado.
Moda de España.
Y además a tres chufos los tres pares.
Sin más.